Existen diferentes tratamientos para combatir la flacidez facial y mejorar el aspecto del rostro.
- Hilos tensores: son unos hilos muy finos que se introducen bajo la piel con una aguja y que ejercen una tracción sobre los tejidos, creando un efecto lifting. Los hilos tensores estimulan la producción de colágeno y elastina, y se reabsorben con el tiempo.
Este tratamiento es poco invasivo y tiene una duración de entre 12 y 18 meses.
- Bioplastia o bioestimulación: consiste en inyectar sustancias biocompatibles en la piel, como ácido hialurónico, hidroxiapatita cálcica o ácido poliláctico, que rellenan las zonas hundidas y aportan volumen y firmeza al rostro. Estas sustancias también favorecen la regeneración celular y la formación de nuevo colágeno. La bioplastia o bioestimulación tiene un efecto inmediato y duradero, que puede variar según el tipo de sustancia y la zona tratada.
- Radiofrecuencia indiba: es una técnica que aplica ondas electromagnéticas sobre la piel, generando calor y activando el metabolismo celular. La radiofrecuencia indiba estimula la circulación sanguínea, el drenaje linfático y la producción de colágeno y elastina, lo que mejora la elasticidad y la tensión de la piel. La radiofrecuencia indiba es un tratamiento indoloro y no invasivo, que se puede realizar en cualquier época del año.
- Skinpen: es un dispositivo que realiza microperforaciones en la piel con unas pequeñas agujas, creando microheridas que inducen un proceso de cicatrización natural.
El skinpen estimula la renovación celular y la producción de colágeno y elastina, lo que mejora la textura, el tono y la firmeza de la piel. El skinpen es un tratamiento mínimamente invasivo y seguro, que se puede combinar con otros productos como vitaminas o factores de crecimiento.
